En pocas palabras
- El capitalismo está cambiando. Las personas son cada vez más conscientes de cómo afectan sus compras a los recursos del planeta. Y eso les preocupa.
- El crecimiento que no busca más que el beneficio está llamado a desaparecer, ya que las personas demandan productos y servicios que sean beneficiosos tanto para la sociedad como para el medio ambiente.
- La tecnología 5G creará numerosas oportunidades para nuevos productos y servicios. Gracias a sus elevadas velocidades de transmisión de datos, el 5G ayudará a las marcas a optimizar la relación entre personas y máquinas.
- El diseño está desplazando su punto de mira del “yo” al “nosotros”. Pronto dejará de estar centrado solo en el usuario y pasará a ser un diseño pensado para las personas.
- El éxito sonreirá a las marcas que tengan una avanzada visión a largo plazo y que se preocupen por el planeta y sus habitantes (y las causas que defienden).
Se acabó el “business as usual”
Siempre ha existido una relación muy íntima entre economía y política, entre capitalismo y recursos, entre tecnología y sociedad, aunque la opinión pública no empezó a ser consciente de lo que eso significa hasta hace poco tiempo (irónicamente, gracias a las mismas tecnologías que han hecho posible esa situación).
El choque entre la industria tecnológica y los gobiernos provoca temblores en los cimientos de una sociedad convencida de que los gigantes tecnológicos acumulan demasiado poder, hasta el punto de que aún no está claro a quién hay que exigir responsabilidades por sus actos.
La metatendencia de 2020 supone un claro reajuste de los principios básicos. Aunque es muy fácil dejarse llevar por el pesimismo, estamos convencidos de que se trata de una oportunidad única para innovar en modelos de negocio, servicios y productos a partir de nuevas definiciones de valor.
Una cosa parece clara: en el futuro triunfarán quienes sean capaces de adoptar una visión a largo plazo (empezando por su impacto sobre el planeta y la sociedad) y de aceptar la complejidad del mundo real.
Mientras exploras las tendencias, piensa en las preguntas que plantean acerca del futuro de la empresa, la tecnología, el diseño y el mundo. La curiosidad, las dudas y las acciones resultantes definirán la relación entre marcas y personas en las próximas décadas.
Estas tendencias son las que, en nuestra opinión, serán las más importantes para organizaciones, clientes, empleados y accionistas no solo en los próximos 12 meses, sino durante mucho más tiempo.
METATENDENCIA
Reajuste de los principios básicos
En un mundo que se enfrenta al cambio climático y a constantes alteraciones políticas y sociales, las personas son cada vez más conscientes de cómo afectan sus compras a los recursos y habitantes del planeta. Por eso exigen productos y servicios que no solo sean importantes para ellas, sino que también beneficien a la sociedad y al medio ambiente.
Mientras tanto, la tecnología sigue propiciando cambios a un ritmo sin precedentes. Ya ha empezado a alterar el rostro del dinero, a crear gemelos virtuales y a convertir nuestros cuerpos en auténticas firmas.
Tanto para las empresas como para las personas, lo que todo esto significa es nada menos que un completo reajuste de los principios básicos.
Eso no tiene por qué ser algo malo. De hecho, creemos que se trata de una excelente oportunidad para reinventar modelos de negocio, servicios y productos ajustados a nuevas definiciones de valor.
El crecimiento como un fin en sí mismo dejará de ser el único criterio para medir el éxito de una empresa, lo que podría hacer que la innovación supere el ámbito de las startups. Las organizaciones que quieran aprovechar esta situación tendrán que colaborar para impulsar la disrupción a escala industrial.
Las empresas que tengan la valentía de reconocer esta metatendencia y responder a ella encontrarán un gran número de retos y oportunidades en su camino hacia la transformación.
Nuestra predicción es que este cambio se producirá a distintas velocidades según los mercados. Es probable que los mercados desarrollados abandonen la espiral de consumo en búsqueda del equilibrio y la conservación.
En último término, triunfarán las empresas que sepan reflexionar sobre el impacto que tienen en la evolución del clima, la sociedad y el mundo.