En los últimos 30 años, los cambios en los modelos de trabajo, en la forma en que consumimos o nos divertimos, pero también en la manera en que las empresas se relacionan con sus grupos de interés han sido incontables.
La sostenibilidad se ha ido convirtiendo en la fuerza de cambio más potente de nuestra generación, mientras los profesionales, igual que sucede en otros ámbitos de sus vidas, reclaman a sus empleadores experiencias cada vez más humanas y centradas en satisfacer sus necesidades. La pandemia, a su vez, aceleró muchas de las tendencias que ya se vislumbraban: extendiendo los entornos híbridos pero a la vez enfatizando la importancia de que las empresas cuiden del bienestar tanto físico como mental de sus trabajadores. Unos cambios que, en definitiva, llevaban a pensar que las oficinas, tal y como las conocíamos, dejaban de tener sentido.
Así, tras más de tres décadas en nuestras oficinas de Torre Picasso, decidimos que había llegado el momento, una vez más, de liderar el cambio trasladando nuestra sede en Madrid. Un proyecto que, desde el primer momento, estuvo cimentado en el poder del dato para generar las mejores experiencias, buscar la eficiencia y alcanzar los mejores resultados.